martes, 19 de agosto de 2014

AMOR en mayúsculas.




"La Grandeza de una Nación se mide por la forma en que trata a sus animales"
Gandhi.


No he encontrado mejor forma de comenzar esta entrada.  De una manera muy simple define a la raza humana, le da el significado perfecto. Porque existen dos clases: Amas los animales o No los amas. No hay más. Los que ya me conocéis sabréis de mi pasión por ellos, por todo lo que nos regalan sin pedir nada a cambio. 

Me gustaría englobar todos estos pensamientos al reino animal por completo, aunque es verdad que mi experiencia diaria se llena del amor incondicional que me regalan mis perros. Esa manera en la que te reciben al llegar a casa, aunque te hayas ido sólo quince minutos... Esas muestras de pasión, de adoración... ¿alguien os ha recibido alguna vez así día tras día? Adoro los animales y hay momentos en los que imagino un mundo en el que todos respetasen a estos seres que tanto nos respetan... quizás la maravillosa frase de Ghandi daría pie a un nuevo despertar, una nueva comprensión, aprender que todos tenemos derecho a este mundo... 

Admiro a esas asociaciones que pelean por que esto ocurra. Que dedican parte de su vida para que estos mágicos seres tengan las vidas que se merecen y no las que esa indolencia humana decide para ellos.  Cada una de esas personas que empiezan por una necesidad, una necesidad que nada sabe de ell@s mism@s. Que pueden ser cuatro, cinco o quizás dos. Que van recogiendo sentimientos y llegan a ser diez, doce, cien... Todas esas almas que poco a poco consiguen que tomemos conciencia de lo que es, de la sencillez de respetar vidas que nos respetan fielmente. 

Quiero dar las gracias, aunque no hay suficiente agradecimiento para su labor. Yo, por mi parte, intentaré e intento poner mi granito de arena, porque de alguna manera es fácil de conseguir... tan sólo hay que mirar en la profundidad de esos ojitos que no saben de rencores ni envidias.

Y me pongo a pensar. ¿Por qué alguien es capaz de abandonar a un animal? Ya sea perro, caballo, gato o esos cerditos que están ahora de moda y que han sido encontrados en parques sin saber dónde dirigirse y, aún peor, qué es lo que han hecho mal. ¿Qué pasará por la mente de esos seres irracionales, esos seres faltos de amor, para ser capaces de dejar a un animal sólo... ? Se me pone la carne de gallina imaginando a mis perros perdidos, se me parte el alma al intentar meterme dentro de esos sentimientos de abandono... Y me gustaría poder hacer tanto... Porque much@s se creen superiores a ell@s y, creedme, no les llegamos ni a la altura de la pezuña.

Y llego al maltrato. A esa palabra que hace daño sólo de leerla. Os tengo que contar un incidente que ocurrió la semana pasada a pocos metros de mi casa. Es cruel. Lo que voy a contar es muy cruel... pero se convierte en preocupante tras ver el trato que se le dio al tema. Veamos... es que os aseguro que me cuesta incluso escribir sobre ello. La zona en la que vivo está llena de perros, de personas amantes de ellos y que nos juntamos muy a menudo para relacionarnos y hablar, porque estos seres pequeños y grandes de corazón, tienen la magia de hacer que las personas se encuentren, se reconozcan y se relacionen. ¿Quién más consigue eso...? Pues, como os decía, un maltratador de vidas, un ser sin corazón y con el alma negra, un asesino con todas sus letras, entró en una de las casas en las que uno de esos animales vivía su vida sin imaginar ese peligro que vivía a  pocos metros. Ese loco saltó la valla con un hacha y dos cuchillos y se convirtió en ejecutor. Mató al pobre animal y no contento con ello, lo descuartizó. Sé que es cruel que lo escriba así... me cuesta, me cuesta mucho. Pero debemos ser conscientes de lo que es esta sociedad. Yo, afortunadamente, no estaba en casa, por lo que me ahorré los gritos desgarrados del animal. La súplica que ignora lo que está pasando. Gritó. Y los vecinos sintieron el dolor. Algunos salieron para intentar reprender al asesino y este les amenazó. Les regaló sin miedo muestras de acabar con sus vidas sin remordimientos. La policía vino. Fue difícil el conseguir reducirlo. La locura, la maldad, la indolencia, el odio irracional, se llena de fuerza y al final se lo llevaron a la comisaría.  Este desgraciado, dejó el dolor tras de si. Los llantos de un dueño que no estaba en casa y se encontró con el horror. Una persona que, estoy segura, se llenó de ira y deseos de venganza. Pero, ¿qué hizo la justicia? Pues que a las 72 horas estuviese en la calle, como si no hubiese hecho nada. ¿Por qué? me pregunto. ¿Por qué no hay leyes que amparen a esos animales de los que nos hacemos dueñ@s sin ni siquiera plantearnos que esa palabra nos viene muy grandes? Os puedo decir que yo he visto a ese desgraciado pasear tan tranquilo por las calles, sin un atisbo de remordimiento y, supongo, con sus ansias de muerte saciadas hasta el próximo crimen. Y ¿qué hacemos? ¿Aguantar? ¿Dejar que el silencio que aplasta mi calle estos días vaya muriendo con el olvido? Nos han llenado de miedo. Unas leyes que no te protegen. Que aunque nos hayan amenazado con cuchillos y con armas que ni siquiera son físicas, tenemos que aguantar que esa persona (por decir algo) continúe su vida como si tal cosa. 

Y es que es necesario levantar la voz. Una súplica de nuestros animales que nosotros pongamos en palabras y acciones. Porque por el momento... esa grandeza de la que habla Ghandi se queda por los suelos de la incomprensión. 

Así que sigamos amando. Sigamos peleando. Que los animales sólo se preocupen de vivir y volcar todo su amor en nosotros, para que nosotros lancemos sin fronteras ese mismo amor hacia ellos, nos dejemos sentir y seamos un poquito mejor cada día. Que ningún toro se vea rodeado de miles de lanzas que quieren acabar con él... que estos ritos que se llenan de sangre, no tengan cabida en nuestro país, en nuestro planeta.. que no justifiquen de arte aquello que tan sólo es muerte. ¿Desde cuando la muerte ha sido arte?

Seamos personas. Aunque... al fin y al cabo, somos animales... animales con la etiqueta de "racionales".... Pero pensadlo bien... ¿racionales?...

Un beso y creed en la vida... sea cual sea...

Mar.



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